El camino está abierto para todas; y aunque las formas de recorrerlo en adelante sean distintas, la meta es la misma: realizarnos plenamente en el proyecto de vida que a cada una de nosotras nos ha trazado el Señor; y recordemos siempre: “Si procedemos con rectitud, Dios estará con nosotras; y si Dios esta con nosotras no podemos fracasar”.